Como cada día a la hora de la comida surgen diversos temas de charla. Coincidimos gente muy variada, nos expresamos con libertad y también nos respetamos.
Me ha sorprendido bastante el punto de vista de un compañero concreto acerca del tema de los refugiados y - aquí está el quid de la cuestión-, cito textualmente: “…de las desafortunadas palabras de la alcaldesa de Madrid”.
Tratándose de una persona muy religiosa (no importa la doctrina), perteneciente a una comunidad muy compacta, poco hablador y menos expositor, al principio de la charla yo era ajena a su intención, no me daba cuenta del fondo político de sus palabras, es más, en cierto momento he tenido que pedir que me explicara dónde quería llegar porque no seguía el hilo y me daba cuenta de que quería impactarnos, quería dejar sembrada esa semilla de la polémica que tanto nos suele gustar.
Después de su clara explicación y una vez cogido el hilo de su oratoria, sencillamente no podía dar crédito. Hubiera podido esperar ese argumento de cualquier otra persona, pero nunca pensé que alguien tan alienado a conceptos muy humanos y cooperativistas pudiera estar politizando un tema tan delicado.
El asunto ha venido relacionado con el trabajo que desarrollan las organizaciones de ayuda humanitaria en el mar Mediterráneo rescatando refugiados que huyen de sus países de origen -generalmente en conflicto- en pateras o barcazas sobrecargadas con el fin de llegar a Europa. Pudiera ser que muchas de esas organizaciones no actuasen de manera altruista, si no con un fin concreto.
Parece ser que, siguiendo con la charla, existen organizaciones que operan subvencionadas por grandes fortunas, encargadas de informar deliberadamente a los grupos de rescate / ONGs del punto concreto en el que pueden encontrar una o varias pateras, ofreciendo además información adicional sobre la carga que llevan. Lógicamente las ONGs, atendiendo a su principal cometido, tras el aviso acuden para rescatar a los pasajeros, atenderlos y llevarlos a tierra en las mejores condiciones posibles. De este modo la organización que da el aviso se asegura de que el trabajo humanitario se realice con éxito y así llegue a Europa el mayor número de refugiados, sanos y salvos.
El propósito de este tipo de actuaciones es abastecer al continente de mano de obra barata y asegurar a corto plazo un progresivo crecimiento del índice de natalidad, hoy en día en declive generalizado.
Con el revuelo interior que ha causado el relato, no me ha quedado claro si se supone que las ONGs están al corriente de la propósito final de esos avisos. En cualquier caso y de acuerdo a su objetivo, entiendo que están rastreando continuamente las posibles rutas de salida, buscando barcos a la deriva cargados de seres humanos que sin su ayuda pueden perecer en el mar, para salvarlos. No me cabe pensar que obtengan beneficio alguno por los rescates.
Bueno y ¿Manuela Carmena que pinta en todo esto? Al parecer que con su “Welcome Refugees” la alcaldesa, no el ayuntamiento ni la comunidad de Madrid, sino la alcaldesa -que comulga con los malos-, está promoviendo que las organizaciones en origen susciten más salidas y como consecuencia lleguen más refugiados a Europa, en concreto a las ciudades que menos obstáculos ofrezcan para recibirlos.
La frase que coronó toda la oratoria fue: ¿Cómo puede fomentar esa mujer la acogida de refugiados si no tenemos trabajo para nuestros propios ciudadanos?
Me dejó muy impactada la truculenta historia, el recorrido por organizaciones que promueven la llegada de refugiados a Europa con el fin de repoblar y la colaboración de las organizaciones humanitarias. Igual todo es cierto, no lo sé; también es cierto que Madrid tiene que atender a mucha gente que por desgracia vive ya en situación precaria, pero el montaje argumental para llegar a concluir que la alcaldesa de Madrid erra en dar la bienvenida a los refugiados, no lo esperaba, en absoluto, menos de una persona tan comprometida con el bien y la ayuda al prójimo.
Personalmente no me hubiera sorprendido nada un ataque al mismo personaje por arropar el Madrid World Pride, por ejemplo, pero nunca hubiera esperado este argumento respecto a los refugiados.
Sorprende hasta donde se puede llegar con el propósito de sembrar. ¿Habrá leído en mi gesto hasta qué punto me ha decepcionado? No tiene importancia en realidad, la suerte es que me he callado y no se ha generado debate.
Tremendo chasco!!